Monday 6 July 2020

LUZ VERDE EN EL CAMINO

¡Amigo y compañero en peregrinación al Infinito!
¡No te detengas ante las luces rojas que hombres ignorantes han puesto como obstáculo en medio de tu peregrinación espiritual!
¡Guíate a través de las luces verdes con las que Dios marcó el camino de tu vida en una evolución constante!
No hay “tráfico bloqueado” en los mundos de Dios, solo hay “tráfico libre”.
El rojo son los campos de batalla creados por los hombres, porque en ellos la vida agoniza o la muerte reina.
Verdes son los campos en los que Dios creyó, porque en ellos cantan las glorias de la vida en plena evolución y felicidad.
“La vida eterna es esta, dijo Jesús, para que los hombres puedan conocerte, Padre, como el único Dios verdadero”.
La vida eterna es conocimiento eterno: si “conocer” tuviera un fin, “vivir” cesaría.
Conocer es progresar, viajar, penetrar cada vez más en la esencia íntima del Dios del mundo y del mundo de Dios.
Saber es ir hacia el Infinito, lo Eterno, lo Absoluto.
Lo finito nunca puede agotar al Infinito; no importa cuánto avance el individuo que conoce en busca de lo que se puede saber o conocer, siempre puede ir más y más profundo a lo desconocido, a la oscuridad del Misterio, a las profundidades de Dios.
¿Qué sería la vida eterna sin este misterio eterno? ¿Qué fascinación tendría el mundo sobre el alma que había estado buscando sin posibilidades futuras de nuevos descubrimientos?
Cuanto más sabe el alma, mayor es su felicidad al saber, y su disposición a buscar lo desconocido.
Si el alma llegara al final de su “conocimiento” y su marcha dinámica se estancará, este sería el final de la vida eterna y el comienzo de la muerte sin fin.
Vivir es conocer, conocer es amar, y donde hay vida, conocimiento, amor, hay una gran satisfacción.
El Evangelio es la máxima expresión de la vida, del conocimiento, del amor, de la felicidad.
“Vine para que los hombres puedan tener vida, y tenerla en la mayor abundancia”.
Los ignorantes no conocen el Evangelio.
Los semi ignorantes consideran que el Evangelio es la religión del sufrimiento.
Los sabios, sin embargo, saben que el Evangelio es el mensaje de vida abundante, de felicidad inefable.
En el pasado, eran las sombras del Viernes Santo; hoy es el resplandor de Pascua de la Resurrección.
En el pasado era la tumba cerrada, hoy es la tumba abierta y vacía, ¡porque la Verdad es liberadora!
Para conocer esta verdad, esta peregrinación a su centro divino es necesaria, un viaje mucho más difícil que el viaje a las periferias externas, porque “el camino es estrecho y la puerta que conduce al reino de Dios está apretada” dentro de ustedes.
Sin embargo, una vez que caminas por este camino angosto, la puerta se ensancha y en disciplina y comunión constante con Dios, descubrirás este “tesoro escondido”.

No comments:

Post a Comment