Thursday 10 February 2022

¡LOS HIJOS MUEREN EN SUS CUARTOS!


En los últimos tiempos, el fenómeno de las redes sociales ha preocupado e incluso asustado a los especialistas en el campo del comportamiento social por su alcance internacional, acción ilimitada y amplitud. 1

Para citar el ejemplo de la telefonía móvil -los teléfonos celulares- que corresponden a más de 5 mil millones de unidades en manos de cerca del 70% de la población. Hoy, estos dispositivos se han convertido en una extensión del cuerpo humano, como cordones umbilicales que alimentan cada vez más la multipolaridad de la mente. Y no hay fronteras para expandir. Va desde Laponia hasta la Patagonia y las islas más remotas.

A pesar de su utilidad como medio de comunicación, su acción también ha sido devastadora, especialmente entre niños, adolescentes y adultos jóvenes, quienes, emocionados por los descubrimientos de nuevos horizontes, caen como presa fácil en manos de malvados depredadores, llegando también a los ancianos, sobre fraudes y explotación de quienes no saben utilizar correctamente estos aparatos.

Y otro aspecto que preocupa a la ciencia, pero no a la codicia de sus fabricantes, son los efectos secundarios a los que está sujeto el cuerpo humano, con el constante bombardeo de ondas electromagnéticas, particularmente en el cerebro, especialmente con la tecnología 5G.

Ante esto, muchas voces se alzan para alertar a la humanidad, si ese es el camino a seguir, sin un control efectivo por parte de los gobiernos (que por regla general son comunes a los lobistas de la comunicación), alerta y la debida educación a los usuarios.

Hoy en día, la comunicación entre las personas se limita a estos pequeños artilugios “milagrosos”. El mundo de los seres humanos se resume en esto. Dondequiera que uno vaya, las personas están conectadas, pero no interactúan verbalmente entre sí, como en una comunidad solidaria, sino solo en sus círculos limitados de relación, y aun así en textos, grabaciones y audios en vivo. ¡Ya no hay comunicación cara a cara! Familias en las mesas, pero cada una involucrada con la agilidad de las yemas de los dedos, apretando pequeñas teclas. ¿Qué es este signo? ¿Y hacia dónde se dirige la humanidad frente a este cuadro alarmante de distancia entre sus miembros?

Y este proceso de incomprensión con uno mismo -por citar un ejemplo- hace que las estanterías de las librerías se llenen de libros de autoayuda, o de pseudo salvadores de la caótica situación en las redes sociales, e incluso de magos que influyen en las personas con ideas de que la vida empieza en 40... Que el mejor momento de la vida es la jubilación o la primavera de la existencia... Otro, aún menos resignado, publicó: ¡La vida comienza a los 60!

Y estos pobres mortales se unen al ejército de los semimuertos en la ilusoria intención de tratar de resolver los dramas y dilemas de sus semejantes, sin saber, ellos mismos, que la luz para iluminar estas tinieblas proviene del conocimiento de sí mismos; proviene del ejercicio de controlar la mente y la tiranía del ego.

El hombre, buscando conquistar sus exterioridades, se pierde en las horizontalidades de los procesos técnicos sin dominar la verticalidad ética, en el inevitable conflicto que se establece entre la comodidad y el placer, en detrimento de la plenitud de su armonía interior. Vive totalmente desconectado de su interior, de su centro de equilibrio, de su espiritualidad, manteniéndose conectado a nuevos agentes agresivos, a los que continuamente da acceso y vida, desorganizando cada vez más todo su ser.”

Esto quiere decir que el hombre se esconde de sí mismo, no mostrando la habilidad de resolver sus dramas, dilemas e incógnitas, aquí mismo, donde vive, en esta esfera de magnífico color, pero que esconde en su superficie las aterradoras imágenes de la mentira, de la desesperación, del desamor, miseria, hambre, farsa, lujuria, del racismo y los prejuicios, del egoísmo, esclavitud, avaricia... De la cultura de todo tipo de violencia... ¡De un prisma donde no hay luz revelada, sólo el crepúsculo monstruoso de la locura!

                                                          * * *

Recientemente, Cassiana Tardivo, psicopedagoga brasileña, conferencista, consejera educativa de niños, adolescentes y padres, con más de 25 años de experiencia en el área y que, a partir de un trágico hecho, aún raro en Brasil, salió a la luz sobre el tema de las redes sociales, en una brillante reflexión sobre el fenómeno, tras la muerte accidental de un niño de 13 años, dejando una advertencia a padres y profesores sobre un peligroso juego, según testigos, protagonizado mayoritariamente por niños, transmitido en vivo por Internet.

Es el juego de asfixia, desmayo en el que los participantes utilizan cuerdas o cualquier otro objeto para cortar el suministro de oxígeno al cerebro, desmayarse y luego despertar en un estado de euforia, similar al efecto del consumo de drogas.

 

“Antes perdíamos hijos en los ríos, en los matorrales, en los mares, ¡hoy los hemos perdido dentro de su habitación!

Cuando jugaban en los patios oíamos sus voces, escuchábamos sus fantasías y al oírlos, a la distancia, sabíamos lo que pasaba en sus mentes.

Cuando entraban en casa no existía una TV en cada habitación, ni dispositivos electrónicos en sus manos.

Hoy no escuchamos sus voces, no oímos sus pensamientos. Los niños están allí, dentro de sus habitaciones, y por eso pensamos que están seguros. ¡Cuánta inmadurez la nuestra!

Ahora se quedan con sus auriculares, encerrados en sus mundos, construyendo sus saberes sin que sepamos lo que son...

Perdiendo literalmente la vida, aún vivos en cuerpos, pero muertos en sus relaciones con sus padres, encerrados en un mundo de tecnología que en nada contribuye a la formación de niños seguros y fuertes para tomar decisiones moralmente correctas y de acuerdo con sus valores familiares.

Dentro de sus habitaciones perdemos a nuestros hijos con las drogas, las conversaciones con malos amigos, la pornografía, inmersos en un mundo de fantasía. Muertos de su identidad familiar...

Se convierten en una mezcla de todo aquello por lo que han sido influenciados y los padres no siempre saben lo que sus hijos son.

Usted hoy puede leer ese texto y enviarlo a los amigos; ¿pero, podrán rescatar a sus hijos?... Puede ver en él verdades y reflexionar. Todo esto será excelente.

Pero como Psicopedagoga he visto tantas familias enfermas con hijos muertos dentro de la habitación, entonces te hago una invitación y, ¡por favor acepte!

Te invito a sacar a tu hijo de la habitación, de la tableta, del celular, del ordenador, del auricular, te invito a comprar juegos de mesa, tableros y tener hijos en la sala, a tu lado por lo menos 2 días establecidos en tu habitación semana a noche (más allá del sábado y del domingo).

Y juegue, diviértete con ellos, escucha las voces, las palabras, los pensamientos y que tengas la gran oportunidad de tenerlos vivos, “dando trabajo” y que ellos aprendan a vivir en familia, se sientan pertenecientes en el hogar para que no ¡necesiten aventurarse en esos juegos locos para sentirse alguien o tener un poco de adrenalina que antes tenían con las bromas en el patio! (traducción libre de la autora)

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1)- En esta misma fecha, el director del servicio de inteligencia de Australia, ASIO, informó que los jóvenes están recurriendo a la violencia tras ser expuestos a mensajes, desinformación y teorías conspirativas; aprovechando la pandemia del coronavirus donde los niños, algunos de ellos hasta los 13 años, son radicalizados en línea y en la escuela por grupos extremistas. 

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