Tras realizar sus prácticas en la Universidad de Princeton, haber recibido una beca en ciencias y donde además pudo mantener contacto con Albert Einstein durante casi dos años, Rohden fue invitado a enseñar Filosofía y Religiones Comparadas en la Universidad de Washington, DC, cargo que ocupó durante cinco años, antes de regresar a Brasil en 1952. 1
Durante este período asistió al Templo del Loto Dorado bajo la dirección de su fundador, el gurú indio Swami Premananda (1903-1995), quien recibió su educación académica y formación religiosa en su tierra natal egresando de la Universidad de Calcuta, donde fue licenciado en Filosofía, Lenguas Orientales y Religiones Comparadas y quien también fue discípulo y amigo de Paramahansa Yogananda.
Premananda fue iniciado en la práctica de Kriya-Yoga por Paramahansa Yogananda en India en 1920. En 1928 vino a los Estados Unidos por invitación del Maestro y fue ordenado para enseñar Kriya-Yoga en Washington, DC. También fue el fundador de la Iglesia de Autorrealización de Todas las Religiones y de la Fundación Conmemorativa Mahatma Gandhi. Fue consagrado como Swami en 1941 cuando cambió su nombre de Jotin Brahmachari a Swami Premananda, que significa Amor a la Sabiduría Suprema.
Ha escrito algunos libros, entre los más populares están: El Camino de la Sabiduría y la Auto liberación, Oraciones para la Auto-Realización, Luz sobre Kriya-Yoga: El Sendero Místico; El Ritual Místico; La Revelación Mística. Este último trata de una serie de tratados hindúes sagrados escritos en sánscrito c. 800-200 a.C., exponiendo los Vedas en términos predominantemente místicos y monistas.
De acuerdo con Premananda, “La luz radiante más interna dentro del ojo espiritual es la puerta mística de la revelación de Dios. Cuando la mente permanece firmemente establecida en esa luz, es absorbida gradualmente por la refulgencia en constante expansión impregnada de la pura autoconciencia que finalmente conduce a la realización del Yo absoluto, representado por la Realidad Última, Brahman.”
“La meditación es la clave para la vida espiritual y la iluminación. Es la única manera de conocer a Dios y nuestra alma, nuestro verdadero Ser. La meditación es mucho más que estudio y discusión. La comprensión intelectual y la deliberación reflexiva son los requisitos previos más vitales y fundamentales para el logro del conocimiento y la sabiduría subjetivos. Pero deben conducir a la meditación. La meditación es el medio último para lograr la percepción directa de las verdades espirituales. Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha buscado encontrar el camino que conduce a la realización de Dios, y ha descubierto el camino de Dios dentro de sí mismo y lo ha llamado Kriya-Yoga.
Literalmente, Kriya-Yoga es una expresión sánscrita de dos palabras, Kriya y Yoga. Kriya significa trabajo. Yoga significa unión o unidad. En su connotación espiritual, Kriya-Yoga es el método subjetivo de meditación mediante el cual se logra la realización de la unidad del alma con Dios”.
“Desde que se publicó el libro Autobiografía de un yogui de Paramahansa Yogananda, me han hecho la pregunta anterior innumerables veces. Casi todo el mundo piensa que Kriya-Yoga es una doctrina particular de la filosofía oriental, una especie de doctrina secreta conocida sólo por los grandes maestros.
Yo, que fui invitado por mi antiguo gurú Swami Premananda a estudiar y practicar Kriya-Yoga, pude decirles a los interesados de qué se trata. Pero la dificultad está en decir lo indecible. No hay palabras que favorezcan una exposición analítica de un tema esencialmente intuitivo.
Cuando un maestro espiritual percibe o en cambio siente e intuye que un discípulo tiene la conciencia y la experiencia de la verdad sobre el hombre, puede entonces invitarlo a concretar, a través de un ceremonial simbólico, lo que ya ha sido realizado espiritualmente por el discípulo. El maestro invita; el discípulo no se ofrece, pero puede aceptar, pues un verdadero maestro sabe intuitivamente cuando el discípulo está listo para recibir Kriya-Yoga. Cuando el discípulo está listo, ¡aparece el maestro!
Mahatma Gandhi se inició durante los 20 años que pasó en el sur de África entre clamorosas injusticias y grandes sufrimientos. Mucho tiempo después, como consta en la Autobiografía de Yogananda, fue invitado a la ceremonia, es decir, a la confirmación ritual del proceso de autoiniciación espiritual.
De hecho, es un error tradicional pensar que alguien puede iniciar a alguien. No hay iniciación por factores externos; sólo hay autoiniciación. Jesús, el más grande de los maestros espirituales conocidos por la cristiandad occidental, no inició a ninguno de sus discípulos; se iniciaron, en la mañana de Pentecostés, en Jerusalén, después de nueve días de silencio y profunda meditación. El Maestro simplemente le mostró el camino a esta autoiniciación y los preparó durante tres años.
La autoiniciación es una especie de cosmo realización, que solo le sucede a alguien que ha realizado o está realizando un vaciado total del ego, y toda la plenitud se desborda espontáneamente.
Cuando el discípulo ha hecho su vaciamiento del ego, entonces tiene lugar la realización del cosmos, que incluso se desborda en beneficio de los demás. Un ser redimido a sí mismo es un agente redentor.
Dios, dice Spinoza, es el alma del Universo, que desemboca en el hombre vaciado de su ego.
Kriya-Yoga es, por tanto, un símbolo ritual que confirma el simbolismo espiritual. Lo espiritual pertenece al discípulo; el ritual pertenece al maestro. Si lo espiritual no existe, el maestro no puede realizar el ritual. Si un maestro fuera a ritualizar un espiritual inexistente, cometería fraude y deshonestidad y perdería su poder. Por lo tanto, el maestro sólo puede invitar -ya sea expresa o silenciosamente- al discípulo a Kriya-Yoga, cuando tiene la intuición segura y cierta de que el discípulo ya se ha iniciado espiritualmente para poder iniciarlo ritualmente.
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1)- A partir de esta relación con Albert Einstein, Rohden escribió uno de sus libros más famosos, EINSTEIN, El Enigma del Universo. Un libro que presenta una aproximación filosófica a la vida y los procesos creativos del mayor genio del siglo XX. En el libro, el científico y el filósofo armonizan. El esfuerzo simultáneo de esta interacción y profunda identificación filosófica se materializa en una visión humanista del mundo y la comprensión de la intuición de Einstein.
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