Thursday 24 September 2020

CULTIVANDO LA MEDIOCRIDAD

Mi amigo desconocido. Si quieres seguir sin arrepentimientos, cultivar la rutina y la mediocridad, déjate guiar por el siguiente protocolo:

 

Antes de empezar a pensar, infórmate siempre de lo que hay que pensar, para no introducir en el mundo el contrabando de nuevas ideas.

 

Nunca pienses con tu cerebro, sino siempre con el cerebro de los demás.

 

Siempre diga que sí cuando otros dicen que sí, y no cuando otros dicen que no.

 

Lea cada mañana su periódico, para estar al tanto de lo que se debe pensar en las próximas 24 horas.

 

Cuando alguien venga con nuevas ideas, evítelo porque es un peligro social, un hereje o incluso un terrorista.

 

No se exponga al peligro de hacer lo que el vecino no hace, pero recuerde la probada sabiduría burguesa: ¡el seguro murió de vejez!

 

Sea un amigo dedicado de su cómodo sofá y no se exponga a mareos cuando se enfrente a vastos horizontes.

 

Prefiera siempre los enormes muros de una cárcel y la rejilla de la jaula en lugar de las incertidumbres de los vuelos estratosféricos.

 

Nunca abra las puertas cerradas; pase solo por las puertas abiertas.

 

No explore nuevos caminos, como los buscadores; camine siempre por caminos habituales y sobre rieles previamente alineados.

 

Vaya siempre con la mayor parte del rebaño, como las ovejas obedientes, y no busque un camino diferente al de la rutina normal.

 

En fin, ilustre cultivador de la mediocridad: ¡déjalo todo como está para ver cómo va!

 

Con esto en mente, mantendrá la salud y la tranquilidad de tus nervios y podrá tomar tu cerveza o cóctel todos los días con tranquilidad y ser un buen hombre.

 

Sin embargo, si un día decides dejar atrás la rutina tradicional y exponerte a los peligros mortales de un ideal superior, entonces lee atentamente lo que te dice un hombre que conoce la vida:

 

Ve a las orillas del Ganges y pídele al más fuerte de los elefantes que te dé su piel paquidérmica, para cubrir tu alma con ella.

 

Ve a las playas del Nilo y quítale al cocodrilo más viejo, su impenetrable armadura y envuelve tu corazón con ella.

 

Y después de que hayas armado tu alma y tu corazón, sal a este mundo y diles a los hombres de honesta mediocridad que vives por un ideal que no está en el estómago, ni en los nervios ni en la sangre, y verás que lo harán … declararte … una guerra mortal.

 

Porque debes saber, amigo mío, que el mundo no sacrifica un solo ídolo por un guerrero de ideas e ideales.

 

Dado que el idealista más atrevido de la historia fue crucificado, muerto y enterrado, todos los idealistas son crucificados por los cultivadores de la mediocridad.

 

No pasa nada grande en el mundo sin que el mundo se rebele contra la grandeza de las ideas y los ideales.

 

Todo lo que es hermoso y grande, agoniza fatalmente en los brazos de la cruz.

 

Ésta es la gloriosa tragedia de los hombres superiores.

No comments:

Post a Comment