Wednesday 22 December 2021

¿FUE JESÚS UN LIBERADOR?

Innumerables libros abordan la idea de que Cristo Jesús fue un liberador. Algunos piensan que fue un revolucionario, un subversivo, que intentaba liberar a Israel del dominio romano.

Sin embargo, según los Evangelios y otras fuentes históricas, explorar o probar esta hipótesis no tiene sentido. ¡Dijo explícitamente ante Poncio Pilato que su reino no era de este mundo!

En uno de estos libros, un grupo de jesuitas mostró la futilidad de las tendencias políticas y revolucionarias de Jesús. Sin embargo, cuando los autores llegan a la pregunta: “¿De qué nos ha liberado Jesús?” vuelven a caer en la rutina de las teologías tradicionales: él nos libró de nuestros pecados con su sangre. Estos autores piadosos sustituyen una pseudo liberación por otra pseudo liberación; sustituyen una supuesta liberación política por factores externos por la libertad moral por los mismos factores. Nadie puede ser liberado si no es libre. Nadie puede recibir una liberación como regalo si aún no ha logrado su auto liberación; no es liberado. La libertad genuina y única no se puede regalar desde la cuna ni como favor a otra persona. Es el logro más elevado de la conciencia, la evolución normal ascendente del hombre; esta es su gran y única tarea aquí y en cualquier otra dimensión: ¡liberarse!

Todos los que atribuyen a Jesús intenciones de liberación política o social, desconocen el carácter fundamental de su personalidad. Incluso los teólogos cristianos que le atribuyen la liberación colectiva de la humanidad de la esclavitud de los pecados no merecen las ideas del verdadero Jesús el libertador.

Él sabía que no es posible la liberación política, social o moral sin la independencia individual, y siempre habló de esta liberación, que poseía en el más alto grado. Cualquier otra liberación periférica fue para Jesús una pseudo liberación, por la que nunca se entusiasmó, decepcionando así a sus compatriotas y discípulos. Ante el gobernador romano, pocas horas antes de su sentencia de muerte, afirma: “Yo soy rey, pero mi reino no es de este mundo”.

Los inexpertos no pueden comprender a qué reino y realeza se refería.

Para Jesús, la libertad y la liberación es un proceso esencialmente individual. Desde su origen, el hombre es esclavo de sí mismo si no se libera individualmente de esa esclavitud, y esta auto liberación es la mayor gloria existencial de su vida. El polo negativo de la naturaleza humana, el llamado ego, que el Génesis simboliza con la serpiente, oprime al positivo del Y mismo, el llamado aliento de Dios.

La tarea fundamental y única de la existencia humana es precisamente la liberación de esta esclavitud y la declaración de la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Con este fin, al hombre se le dio libre albedrío.

Dado que Jesús poseía esta libertad, no podía estar interesado en otra libertad o liberación que la emancipación del hombre de la tiranía de su ego y proclamar la gloriosa victoria del Yo crístico.

En este sentido, resumió toda su política y filosofía, sobre todo en esta afirmación: “conocerás la verdad y la verdad te hará libre”. Para él, como para todos los verdaderos iniciados, la libertad es el producto del conocimiento que el hombre tiene de sí mismo, el autoconocimiento vivido como autorrealización. Verdad, libertad, felicidad: esta trilogía es el centro de su experiencia individual y el punto esencial del mensaje de Cristo Jesús a la humanidad.

Y, por ser tan radicalmente feliz, Jesús se permitió cualquier sufrimiento, porque ni el sufrimiento ni la muerte en sí pueden destruir la verdadera felicidad basada en el conocimiento y la experiencia del Yo divino.

Cristo Jesús es el mayor libertador conocido por la humanidad, ¡un verdadero evolucionista!

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