Saturday 4 December 2021

LIBERTAD

Las constantes presiones que sufre el hombre, que generan miedo, muchas veces se extrapolan en forma de violencia para conquistar la libertad. En el mundo de los no humanos, cuando están restringidos en sus movimientos, reaccionan a la prisión y luchan, hasta el agotamiento, en un intento por liberarse. De la misma manera, el hombre, sufriendo límites, aspira a la amplitud de nuevos horizontes y lucha por su independencia.

Es perfectamente normal que los ciudadanos se comprometan con su liberación, un paso valioso en su auto conquista. Sin embargo, poco iluminado y victimizado por las represiones que se le escapan, el hombre utiliza los instrumentos de la rebelión, desatando luchas y violencias para lograr lo que aspira como condición fundamental de la felicidad.

Sin embargo, la violencia nunca ofrece una verdadera libertad.

La violencia puede, eventual y temporalmente, aliviar al hombre de la opresión de las obligaciones impuestas por la sociedad caótica e injusta, favoreciéndolo con materialidades y ganancias económicas.

Sin embargo, esto no es libertad en su sentido más profundo. Se trata de logros de distinta índole, en el ámbito de las necesidades de los grupos y aglomeraciones humanas, lejos de ser el objetivo de la completitud, constituyendo quizás un medio para posibilitar la realización del siguiente paso, que es el autoconocimiento.

La violencia retiene, pero nada ofrece, ya que siempre abre perspectivas para futuros enfrentamientos bajo la acción de una crueldad más increíble. Las sucesivas guerras se sustentan en tratados de paz mal formulados, cuando la violencia selló, con sumisión, el destino de la nación o del pueblo sometido...

El instinto rebelde es parte de la psique humana. Por ejemplo, el niño que persiste en usar lo negativo afirma su identidad, exteriorizando el anhelo inconsciente de ser libre porque, al carecer de responsabilidad, no puede comprender lo que esto significa.

Sólo a través de la responsabilidad, el hombre se libera sin volverse desenfrenado o necio.

La sociedad que habla en nombre de las personas exitosas establece que la libertad es el derecho a hacer lo que le convenga a cada uno, sin percatarse que esta liberación de la voluntad acaba obstaculizando los derechos de los demás, promoviendo las luchas individuales de quienes se sienten oprimidos, provocando la violencia de grupos y clases, cuyos derechos están dilapidados.

Si cada individuo actúa como le parece, considerándose liberado, esta acción favorece la anarquía, responsable de ilimitados excesos.

En nombre de la libertad, los vendedores de pasiones vergonzosas actúan deshonestamente, lo que esparce el olor criminal de los bienes del placer y la locura.

La llamada liberación sexual, sin la correspondiente madurez emocional y dignidad espiritual, degradó las fuentes genéticas a un pantano venenoso, en el que expresiones aberrantes asumen legalidad, inspirando conductas alienadas y favoreciendo la contaminación de enfermedades degenerativas y destructivas. Al mismo tiempo, proporciona un aborto criminal, promiscuidad moral, devuelve al hombre a una etapa de primitivismo nunca antes experimentada.

La libertad de expresión para inadaptados emocionales o aventureros ha permitido que situaciones conflictivas se revelen con mayor normalidad que la cultura y la educación en individuos concienzudos y responsables.

La libertad es un derecho que se consolida, en la razón directa de que el hombre se conoce y toma conciencia de sí mismo, identificando los valores que debe aplicar de manera edificante, respetando la naturaleza y todo lo que en ella existe.

La agresión ecológica, en forma de violencia cruel contra las fuerzas que sostienen la vida, demuestra que el hombre, en nombre de su libertad, se destruye, mutila, mata y mata a sí mismo por no saber utilizarla adecuadamente.

La libertad comienza en el pensamiento, como una forma de aspiración por las buenas obras, lo bello, lo ideal, que anima, sostiene y mantiene la vida.

Cualquier comportamiento de coacción, represión y violación es un adversario de la libertad.

Cristo Jesús, examinando la cuestión de la libertad, sintetizó los medios para alcanzarla en la búsqueda de la verdad, que es la única opción para hacer libre al hombre.

La verdad, en fin, que es Dios, la Tesis Absoluta -y no la verdad egocéntrica y conveniente de cada uno, es una manera enfermiza de proyectar la propia sombra, de imponer la propia imagen en detrimento de la voluntad de los demás- constituye el objetivo prioritario, porque Dios está dentro de nosotros. Es necesario sumergirnos en Su búsqueda para poder exteriorizarlo con espíritu altivo y tranquilidad.

Las conquistas externas son como escombros que obstruyen la peregrinación hacia lo más alto y sin sentido cuando se encuentra en las alturas del dolor, la angustia sustancial, la muerte, que llega a todos.

La libertad, que acaba en la tumba, es utópica, mentirosa.

Libre es el Espíritu que se domina y se conquista a sí mismo, moviéndose con sabiduría por todas partes, idealista y amoroso, superando las obligaciones impuestas y apremiantes que hacen al individuo mezquino.

Incluso cuando estuvo encarcelado varias veces, Gandhi se convirtió en el prototipo de la libertad, afirmando que “no tenía ningún mensaje que dar. Mi mensaje es mi vida”.

Antes que él, Sócrates permaneció en libertad, aunque en la cárcel y la muerte que le siguió más tarde.

Y Cristo Jesús, cuyo mensaje es el amor que libera, enseña la forma eficaz de conquistar la libertad.

Ninguna presión externa puede llevarte a una falta de libertad cuando logras ser lúcido y responsable interiormente, por lo tanto, libre.

Por tanto, el miedo a la libertad, ejercido por la presión de factores externos, donde las situaciones políticas, sociales y económicas establecen una forma de promover la existencia y supervivencia de sus instituciones, subyugando a otras personas, no se justifica. El hombre que promueve estas aberraciones se dará cuenta, un día, de que dominar pueblos, grupos, clases o una persona tampoco es libre, siendo él mismo esclavo de quienes los someten a sus caprichos, porque, al hacerlo, a él también le roban de la opción de vivir en libertad, pues toda forma de opresión sobre los demás es una forma de vivir bajo presión.

No hay libertad cuando se miente, engaña, impone y traiciona.

La libertad es una actitud ante la vida.

Por tanto, sólo hay libertad cuando se ama conscientemente.

Joanna de Ângelis

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