Saturday 12 June 2021

HACER TAREAS HUMILDES CON DIGNIDAD

Casi todos entienden que el proceso de iniciación espiritual consiste en un cierto rito esotérico, cuya ejecución transfiere automáticamente al hombre común a un mundo nuevo, convirtiéndolo en un iniciado, de la noche a la mañana. Confunden ciertas técnicas externas con la realidad interna de cada candidato para la iniciación.

Un día, dos hombres fueron a visitar a Gandhi y le pidieron que los iniciara espiritualmente. El gran maestro de la India los aceptó en su entorno meditativo, y pronto les encargó barrer el patio cubierto de hojas secas. Después de eso, envió a uno de los dos candidatos a pelar papas para el almuerzo, y al otro a partir leña para el fuego. Después del mediodía, los envió a los dos a un pueblo vecino para limpiar las instalaciones sanitarias.

Y estas actividades continuaron durante varios días.

Los dos principiantes esperaron en cada momento a que Gandhi los invitara finalmente a la ceremonia de iniciación espiritual esperada; esperaban, tal vez, que se encerraría con ellos en un ambiente misteriosamente iluminado, impregnado con el aroma del incienso y, al sonido de las melodías sagradas y las fórmulas mágicas, les daría poderes extraordinarios.

¡Pero nada de esto sucedió!

Quien espera lograr grandes cosas en su vida, tal vez espera toda su vida sin descubrir nada grandioso que lograr, y así, esperando tanto por las cosas grandes y extraordinarias, no logra hacer las cosas pequeñas y ordinarias, y este individuo empieza a pensar que su vida fue un completo fracaso...

En realidad, nada grande existe en el mundo objetivo, de las cantidades. Las cosas grandes solo existen en el mundo subjetivo, de calidad. Hacer cosas pequeñas todos los días es la única posibilidad de hacer cosas grandes, porque cada tarea tiene un color, dependiendo de la persona que lo haga. Toda tarea en sí misma es neutral, incolora, amorfa; no es ni bueno ni malo, éticamente; no es pequeño ni grande, porque esta elección está limitada en la comprensión, inteligencia y visión del hombre cuando se enfrenta con la tarea a realizar.

Cualquier grandeza o pequeñez es un producto del sujeto que practica las tareas respectivas o cualquier acto. La grandeza o pequeñez está en la actitud, en la intención, en la calidad interna de quienes la practican. Barrer las calles o cortar leña no es menos tarea que gobernar un país o educar a un pueblo.

Quien hace cualquier tarea con grandeza de alma es grande; quien hace la misma tarea con poca alma o mala voluntad es pequeño.

Cuando los dos candidatos para la iniciación de mala gana hicieron las tareas mundanas que Gandhi les confió, hicieron una pequeña cosa; si hubieran hecho estas mismas tareas con amor y entusiasmo, habrían hecho una gran cosa.

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