Friday 5 February 2021

LA LEY DE LA ATRACCIÓN

Los filósofos de todos los tiempos han estado manipulando este concepto durante muchas generaciones, dándole diversas direcciones y caminos para que los humanos se sientan atraídos y gobernados por esta ley. Sin embargo, pasa desapercibido para la mente multi polarizada, no centrada, fragmentada y solo enfocada en las externalidades de la existencia, donde el ego es el supremo dictador, eludiendo así uno de los artículos de esta Ley Cósmica.

Si es una Ley, es porque hay un legislador que la redactó.

Nada existe sin una razón; el legislador hizo uso de la idea de que, si un pensamiento o deseo accionado firmemente en el subconsciente y acreditado, termina, tarde o temprano, convirtiéndose en una realidad concreta a nivel objetivo. Este pensamiento desciende de las alturas del mundo puramente ideal al mundo real, materializándose.

¿Real? ¡No!

Antes de materializarse de manera tangible, este pensamiento que vibra, irradia una señal y vuelve a su emisor, crea lo real, universal e idealmente real, pero esta forma de pensamiento y la manifestación de esta realidad precoz no es percibida por los sentidos.

Algunos llaman a la existencia de esta realidad, doble etérico; lo que está en la fuente, idealmente construido, y que se canaliza hacia el éter y se materializa en los deseos de los canales humanos.

Es un error identificar lo perceptible con lo real, como hace la escuela empírica, una escuela guiada por la experiencia o la experimentación, como el materialismo en general. Si el ideal no fuera real antes de materializarse, nunca sería real. No hay transición de lo irreal a lo real; sólo hay diferentes fases de lo real, su estado amorfo y el materializado.

La creación de la nada y la reducción a la nada: estos son dos conceptos subjetivos donde nada corresponde al orden objetivo. El concepto de nada siempre será nada, y el concepto de algo siempre será algo.

Creer firmemente en el gran poder del subconsciente, en la realidad de algo, es obligar a ese algo a descender de las alturas del nivel ideal al nivel material; ¡esta es la Ley de Atracción, que produce la materialización de lo firmemente idealizado!

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