Sunday 7 February 2021

LA LIBERTAD QUE NACE DE LA ESENCIA DEL HOMBRE

El hombre es una criatura que puede y debe ser libre. Pero esta libertad es un logro que él mismo tiene que alcanzar, desarrollar, buscar. No hay libertad causada por factores externos; factores que eventualmente pueden contribuir en determinadas situaciones siempre que el hombre evalúe su realidad exterior y la compare con su realidad interior. Así, se abren todos los horizontes y se añaden valores para el logro de la verdadera libertad que solo ocurre con la auto liberación, es decir, una liberación que nace de la esencia íntima del hombre.

Cuando Jesús, uno de los hombres más liberados que vivieron en este planeta, reveló a sus contemporáneos y a las humanidades futuras, su experiencia cósmica, con las siguientes palabras: “Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”, dio a todos la llave para abrir las puertas de la liberación, llave que es el premio de reconocimiento al autoconocimiento; conocimiento de la verdad sobre el hombre mismo.

La cuestión de la libertad, a través de la cultura y la historia, ha sido mal comprendida. La gran mayoría de los llamados educadores no alcanzan el verdadero significado y esencia de “qué es la libertad”. El enfoque es casi siempre político, económico, financiero y, en este sentido particular, una gran cuenta bancaria es para el hombre y sus ilusiones, ¡el pasaporte supremo a la libertad! El enfoque: la verdadera educación, rara vez se observa. Educar, es decir: “educar de adentro hacia afuera”, extraer de la esencia del alumno, sus potencialidades, para que se dinamicen y formen el ser educado, con valores nuevos y reales, donde él puede afirmar un día que es el resultado de sus experiencias en la autoeducación.

La redención o la liberación proviene del hombre mismo, pero no de este hombre-ego, que es precisamente el autor de su propia esclavitud, sino del hombre-Yo, el “espíritu de Dios que habita en el hombre”. El hombre-Cristo redime al hombre-Satanás si él abre la puerta a la conciencia crística. Si el “grano de trigo” del hombre-ego muere, entonces la vida del hombre-Yo latente en esa semilla “dará mucho fruto”, de lo contrario, “se quedará estéril”.

La auto redención no es ego-redención. La verdadera redención viene del interior del hombre, que es el hombre-Yo esencial y divino, su centro, su Logos, la Palabra que encarnó y permanece en él, pero que todavía está en un estado latente. Despertar en sí mismo esa vida divina latente, y experimentarla, eso es redención, liberación, autorrealización.

El célebre sabio vidente, Ramana Maharshi, afirmó una vez que incluso en medio de la agitación del mundo moderno, el hombre puede alcanzar la autorrealización. No es necesario vestirse con ninguna vestimenta especial, usar amuletos u ornamentos externos para afirmar ser religioso o haber alcanzado la iluminación. Quien piensa así, cambia el error de que “soy un profano” por otro error, que “soy un religioso o un iluminado” - cuando es necesario estar libre de ambas ilusiones, para alcanzar el estado puro de “YO SOY". Lo esencial de mí no se ve afectado por lugares, apariencias y circunstancias. Por esta razón, el hombre puede realizar su Yo esencial y divino en cualquier lugar, suponiendo que este deseo sea mayor que cualquier otro deseo.

La verdad, libertad, liberación, felicidad: este es el camino.

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