El hombre es el resultado de sus pensamientos habituales. Las resoluciones de la mente crean actos externos. Por ejemplo, quienes viven habitualmente en pensamientos amplios y benevolentes no pueden practicar actos estrechos y malévolos, así como vivir en pensamientos malévolos atrae solo energías negativas.
Por tanto, ¡ten cuidado con tus pensamientos! Alimento para muchos, veneno para muchísimos.
La educación del pensamiento es la base de la educación, ¿y quién le da importancia a este factor primordial de la pedagogía? ¿Cómo puede una persona ser buena si sus pensamientos son malos?
La “guerra fría” de los periódicos prepara la “guerra real” en los campos de batalla, alimentando el combustible para que se encienda en cualquier momento. Las autoridades públicas deben prohibir categóricamente cualquier acoso mental y verbal para evitar una hostilidad real. Pero la herejía de la “libertad de pensamiento y expresión” y la “libertad de prensa” no permite este tipo de servicio de profilaxis mental y social.
“Quien dice lo que quiere, escucha lo que no quiere”.
“Quien siembra vientos, cosecha tormentas”.
Las Naciones Unidas son sin duda una hermosa idea, pero nunca será una realidad sólida hasta que no tengamos Mentes Unidas.
Gandhi no permitió que sus compañeros alimentaran pensamientos hostiles a los ingleses, para evitar que practicaran actos hostiles.
Pensar en el mal es el preludio de hacer el mal.
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La gran mayoría de los medios de comunicación del siglo XXI están al servicio del sistema establecido en cada cultura y a nivel mundial. Cada uno de ellos trabaja con la hipocresía del “políticamente correcto”, para no crear fricciones entre las divisiones dentro de cada sistema. Se establece así la desinformación, las medias verdades o principalmente la mentira, que es la base de la relación entre los grupos humanos. Los pocos que intentan decir la verdad - la conciencia de la realidad - son silenciados y, a menudo, brutalmente. La televisión y la radio, por regla general, están sujetas a censura previa, ya que son órganos bajo el control del sistema y, por lo tanto, elaboran cuidadosamente para el público qué es de interés o no, sin afectar su llamada “credibilidad”.
Las redes sociales, en cambio, que promueven todo tipo de eventos y que raramente son censuradas, o que son bloqueadas tardíamente, ya han causado el daño debido cuando insultan y ofenden mentes aún vírgenes de información. En estas redes, entonces, todo tipo de información se puede recolectar inmediatamente; van desde lo extraño hasta lo desvergonzado, desde el escándalo hasta la verdad, desde la información mentirosa hasta la que aporta la información correcta. En otras palabras, todo el caos establecido hoy, proviene de las mentes de la gran mayoría de los seres humanos que todavía se arrastran por las llanuras yermas de la mediocridad.
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