Querer imponer a los demás una creencia o experiencia espiritual es un delito de violencia, es un insulto, una forma de violación espiritual ... y esto de dos formas.
--- Primero: porque ninguna experiencia espiritual que el profano intenta alcanzar coincide con la Realidad.
--- Segundo: por la Realidad vivida por la persona A no puede ser vivida por B o C de la misma manera, ya que cada experiencia según su comprensión, o sea, de su etapa de evolución espiritual y su forma distinta de ver la Realidad Universal.
Si Dios, la Realidad infinita e independiente, no morara en lo mineral y lo vegetal, en los no humanos y en los humanos, ninguno de estos individuos tendría una realidad existencial. La Realidad Divina es necesariamente inherente a cualquier realidad del mundo, justamente la vida como inmaculada es inherente a todos los seres, y la vida está bajo la responsabilidad o competencia exclusiva de la Realidad misma, su principio vital, continuidad y terminación, por la única razón por la cual una piedra, una planta, un no humano, un humano es real, es por la inmanencia de la Realidad Divina en todos estos seres.
Siendo el alma, crística por su propia naturaleza, y a pesar de su despertar espiritual, no se puede decir que no crea en esta Realidad. Solo habita dormido, hasta su despertar a su debido tiempo. Todo ser humano que ha adoptado alguna forma de religión de los diversos sectores, incluso los no religiosos o incluso ateos, tiene la semilla de la Divinidad inherente a su ser, por lo que, a nadie se le reserva el derecho de señalar esta o aquella dirección hacia esta realidad; en este sentido, a nadie se le puede dar el derecho de ejercer su influencia sobre el individuo A, B o C. No puede haber dogmas estáticos o rígidos, como un fósil o una momia. Nadie puede imponer su doctrina a los demás, pero cada uno debe conocer por experiencia lo que es la inmersión en las profundidades divinas y este encuentro personal y particular con Dios.
Dios es la única Realidad original e independiente, y todos los demás seres proceden y se someten a esta Realidad. Por tanto, es injustificable y repugnante ver a grupos humanos profesando una religión, volviéndose brutalmente unos contra otros en defensa de alguna ideología religiosa en particular. Ninguna religión basada en blasfemias humanas puede pretender poseer la verdad reveladora, porque la Verdad es la conciencia de esta Realidad, que sólo muy pocos seres humanos conocen.
El argumento cosmológico, la Causa Primera, el Ser incondicionado y Supremo está en cada uno de sus efectos, pero ningún efecto es idéntico a su Causa.
Dios, el Creador o cualquier otra designación que pueda dar cualquier otra religión, secta o creencia, es la esencia íntima de cada producto de esa creación, pero nada, ningún producto de esa creación, ningún individuo finito, puede identificarse con Dios, Universal, Infinito.
Imponer una dirección espiritual a sus contrapartes es practicar una violación espiritual, quizás el mayor crimen que ciertas iglesias o sectas dogmáticas, credos, ideologías o individuos cometen contra otros, de acuerdo con el estándar “¡Cree o muere!” Son ciegos, guiando a otros ciegos ... y peor aún, buscan cegar a otros que están comenzando a abrir los ojos a la Verdad Integral.
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