Evolucionar espiritualmente consiste esencialmente en esto: saber quién soy Yo. No saber lo que tengo.
Lo que tengo, mis posesiones materiales, son las cosas de mi ego, pero solo soy mi Yo. No soy los bienes materiales que tengo; estas materialidades reflejan solo un poco de mi personalidad. Cuando llego a la conciencia de quién soy Yo, sé con absoluta certeza que soy la realidad espiritual individual que vino de la Realidad Universal. Lo que soy es lo que es verdad, sin embargo, todavía tengo este ego material, emocional, pero solo tengo esto, que no soy Yo.
Cuando un hombre llega a comprender la plena conciencia de su Yo espiritual divino, lo que tiene no le causa ninguna dificultad. La dificultad radica en que no se encuentra en la plenitud del Yo, y el hombre que no vive esa plenitud, todas sus posesiones materiales, todo lo que el hombre tiene en su ego físico, mental y emocional, le causan dificultad. Sin embargo, esta dificultad disminuye en la razón directa por la que el hombre evoluciona hacia el Yo.
El ego es tener, el Yo es ser.
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