La meditación y la contemplación no son un privilegio para una pequeña élite de superhombres; son accesibles a cualquier ser humano normal. Sin embargo, hay que despertar las potencialidades latentes para el desarrollo de estas actividades.
No se debe pensar que los ejercicios de meditación y contemplación apuntan únicamente a la parte de la vida espiritual del hombre: benefician todas las actividades humanas, incluso aquellas que no parecen estar relacionadas. El comerciante, el industrial, el científico, el magistrado, el estadista, el trabajador, el estudiante, el ama de casa, todos verán que el encuentro con su Yo divino trae beneficios reales a todas las actividades de la vida humana.
Si el esfuerzo es grande, ¡el resultado de este trabajo será aún mayor!
Realmente recompensado será el que una vez haya probado estos resultados.
Entre otros, los siguientes son los resultados obtenidos por los ejercicios de interiorización:
- Seguridad interior,
- Certeza de todas las dudas,
- Tranquilidad de espíritu,
- Paz del alma,
- Agudeza mental,
- Independencia de las opiniones de los demás,
- Alegría permanente de vivir,
- Benevolencia hacia todos los seres,
- Felicidad mismo en sufrimiento,
- Certeza de inmortalidad en la vida presente.
El propósito de la meditación y la contemplación es únicamente crear en el hombre esta conciencia clara: el Padre está en mí, y yo estoy en el Padre ... Por mí mismo (por mi ego humano), no puedo hacer nada; quien hace las obras es el Padre que está en mí (mi Yo esencial divino).
Una vez que esta conciencia del Yo divino se crea en profunda soledad, todos los sectores del ego humano serán impregnados gradualmente por la levadura del Reino de Dios en el hombre hasta que todo esté leudado.
No comments:
Post a Comment