Tuesday 5 January 2021

EL YO CRÍSTICO Y EL EGO ANTICRÍSTICO

No todos los hombres saben qué hay detrás de los escenarios invisibles que se extienden más allá del escenario visible de este mundo. Muchos solo ven a los actores materiales en el drama milenario de Cristo y el Anticristo que inspiran a los actores humanos.

En el marco de la historia humana, Cristo el Ungido está representado por el Yo espiritual, o Alma del hombre, a quien Jesús llama Padre en Nosotros, la Luz del Mundo, el Cristo Interior, el Reino de Dios, el Tesoro Escondido, el Perla preciosa, Agua Viva. El Anticristo aparece en forma de ego material-mental-emocional, que asume miles de caracteres y personalidades.

Estas dos potencias del Universo, el Yo Crístico y el ego anticrístico, actúan en dos dimensiones opuestas: el anticristo solo conoce "los reinos del mundo y su gloria" y promete darlos en recompensa a sus adoradores y siervos, porque ellos son suyos, creación del príncipe de este mundo, que es el Poder de las Tinieblas.

El Cristo, sin embargo, afirma que "mi reino no es de este mundo", que no es del carácter de este mundo, que "yace en el maligno", de un mundo terrenal que está "dominado por el Príncipe de las Tinieblas". "

Dado que este mundo está gobernado por el anticristo, como él mismo afirma y lo que Jesús confirma, no es de extrañar que el príncipe de este mundo no tolere en su dominio a un intruso como Cristo, cuyo reino no es de este mundo, aunque él está en el mundo; es normal que el anticristo considere a Cristo indeseable, subversivo y pelee contra él, abierta o encubiertamente, según la estrategia que le parezca más eficaz.

En los primeros días prevaleció la hostilidad abierta y violenta; más tarde, la traición hipócrita se convirtió en una lucha declarada; hoy, predomina una tercera estrategia del anticristo contra Cristo: el inteligente intento de degradar al Cristo al nivel de cristianos o pseudo cristianos. La tendencia actual es hacer de Cristo a imagen y semejanza de los cristianos, ya que no tienen el valor de elevarse a las alturas del Cristo real y verdadero. Bajar a Cristo al nivel de los humanos es mucho más acorde con la facilidad y menos esfuerzo de aquellos que no quieren elevarse a las alturas de Cristo. En libros, películas y teatros, desde lo alto de las cátedras universitarias y los púlpitos de las iglesias, se proclama un pseudo-Cristo profano, una caricatura espantosa del Cristo del Evangelio y la realidad.

Y lo más repugnante es que son precisamente los sacerdotes y pastores de iglesias cristianas quienes promueven preferentemente esta tergiversación del Cristo.

Violencia, traición, tergiversación: estas son las armas favoritas con las que el anticristo lucha contra la intrusión de Cristo en sus reinos terrenales.

Aparentemente, el Cristo siempre es derrotado por el anticristo, siempre crucificado, muerto y enterrado, desciende al infierno, pero el Cristo siempre se levanta, aunque la tumba esté sellada y custodiada por sus enemigos. Está prohibido levantarse, pero él siempre se levanta ... Sus verdaderos amigos siempre lo encuentran glorioso, en todas partes, siempre.

El drama milenario de Cristo y el anticristo continúa, y todo hombre acompaña a este o aquel grupo por su forma de pensar, hablar y vivir, y más aún, por su forma de ser.

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