El siguiente texto está tomado de una conferencia del profesor Huberto Rohden, en 1970, sobre la grandeza y la miseria humana.
“El hombre es una mezcla de miserias y grandezas. Todas sus miserias han aparecido; su grandeza es aún desconocida; su sensibilidad a los asuntos pequeños, y su indiferencia a los grandes, indica una inversión extraña”. Blaise Pascal
MISERIAS: ¡Posesión trágica! Se lleva todo, incluso lo que no necesita. Roba a otros, mata a otros para apoderarse de lo que les pertenece, no por su propia necesidad, sino por su lujo. La ley condena los crímenes de muerte, pero no prohíbe los asesinatos comerciales e industriales que forman parte de las abominables hazañas perpetradas por sociedades comerciales, industriales e incluso gobiernos, que terminan matando hombres. Estos están dentro de la ley. Puedes matar industrialmente, comercialmente a quien quieras, acciones que provienen incluso de grandes ciudadanos honestos de sus países. Porque la ley solo prohíbe los crímenes de muerte, pero no prohíbe otros tipos de explotación que terminan en muertes.
La humanidad está en una permanente matanza comercial, industrial, social, matando en todos los sentidos. Para satisfacer la avaricia del ego intelectualizado y tiránico, el hombre imprudente mata a otros, arroja a otros a la miseria. No está de más que otros mueran mientras uno viva en abundancia.
Imagine cuán lejos ha llegado la hipertrofia de esta posesividad: en los países más poderosos de la tierra hay grandes fábricas que producen armas mortales capaces de aniquilar a millones de personas en un segundo. Como ejemplo, dos países importantes en la tierra fabrican armas para que los árabes maten a los judíos en Palestina, y fabrican armas para que los judíos maten a los árabes.
Por qué ¡Para ganar dinero! Porque la industria de la guerra es una de las industrias más grandes que existen; nada es más lucrativo que la industria de la guerra. ¡Las guerras son realmente un gran negocio! Para matar a otros, se hacen fortunas inimaginables. Hasta este punto, la avaricia y la posesividad humana han llegado. Ningún ser no humano hace esto. El hombre, el animal intelectualizado, es el peor de los animales.
GRANDEZA: ¿Y por qué es tan desconocida la grandeza humana? ¡Ya que ella está en las profundidades de esta naturaleza y el hombre está girando alrededor de sus periferias! Uno siempre camina sobre la superficie de esta naturaleza, que se llama ego, y no puede penetrar en el centro de la naturaleza interna, que se llama el “Yo esencial” divino.
Si el hombre pudiera sumergirse en el corazón de su naturaleza, crear conciencia plena de lo “¿qué soy?” y actuar de acuerdo con que el conocimiento de la verdad, el hombre sería su propio liberador. Si actuara así, seria liberado de todas las deudas, de todo el karma, de todos los factores negativos de su naturaleza. No habría más culpa, pero la absolución de deudas antiguas que nunca más se cometería. Esta es la redención. Este es el autoconocimiento, es la liberación, que es la autorrealización, que es la entrada en el reino de la verdad y la felicidad.
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